miércoles, 7 de octubre de 2015

Decálogo para tener más paciencia con los hijos

Con demasiada frecuencia los padres descargan con los hijos el estrés del día, sin darse cuenta de que ellos son niños.

Las mujeres, sobre todo aquellas que trabajan y llevan en su mochila los problemas laborales del día, reconocen que viven la vida a mil por hora, que no les da tiempo a llegar a todo. Los hombres también se quejan de que las horas del reloj pasan demasiado rápido, lo que aumenta su sensación de estrés. Lo peor de estas situaciones es que muchas veces, cuando llega el momento de entrar en casa y disfrutar de los hijos, aún quedan muchas cosas por hacer: los deberes, los baños, la lavadora, la cena... Seguro que la historia les suena.
Los expertos en relaciones familiares apuntan que cada vez reciben en consulta más preguntas sobre cómo ganar en paciencia porque los padres y madres en vez de disfrutar de sus hijos, pierden los nervios si los pequeños no son obedientes y no les ponen las cosas fáciles para tener una mayor tranquilidad en el hogar.
La paciencia, entendida como la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse (tal y como enuncia el DRAE) es un tesoro que muchos padres desearían poseer.
Cristina García, pedagoga, educadora y autora de la Guía «El método de la paciencia con hijos» de EduKame.com, explica que se puede ganar en paciencia si entendemos, en primer lugar, que nuestros hijos o hijas son pequeños. Esta especialista también recomienda tener en cuenta los siguientes diez puntos:
1. Hacen cosas de niños. No son personas adultas y, por tanto, hacen cosas de niños como no obedecer a la primera, querer tocar lo todo, cuestionar la autoridad de los padres, querer jugar sin parar para comer o dormir, decidir qué abrigo ponerse aunque sea verano, etc.
2. Necesitan nuestra atención. A cualquier hora del día (si es de noche se pierde más la paciencia) y en cualquier lugar: en la calle, en casa, en la bañera, mientras yo hablo por teléfono o cocino, etc.
3. Sus necesidades son diferentes a las nuestras. Mientras yo necesito descansar de un día agotador, mi hijo necesita la atención de su madre y padre: ya sea jugando o preguntando, con mimos o con regañinas, si todo lo demás falla.
4. Merecen respeto. Tratarles mediante ejercicios de sumisión (cachetes, humillaciones, castigos y gritos) hace que se sientan inferiores ahora y en el futuro.
5. No tienen prisa. Ni en comer, ni en vestirse, ni en caminar, ni para llegar a ningún sitio, ni en crecer. La prisa es de los adultos. ¡Prisa para todo; hasta para amar! Cuánta más prisa, menos paciencia.
6. No necesitan hacer muchas cosas. Ellos simplemente necesitan hacerlas y a su ritmo. En cambio los adultos, sí. Cuánto más cosas por hacer, más estrés y menos paciencia.
7. ¿Necesitan hacerlas bien? No es cosas de niños hacer las cosas bien. Sí es cosa de padres exigir o esperar que las hagan bien: obedezcan a la primera, ordenen, jueguen sin alboroto, comprendan a los hermanos, se lo coman todo, se duchen sin protestar, hagan bien sus deberes, etc.
8. Solicitan nuestro tiempo. Los hijos necesitan de nuestro tiempo y dedicación, pero cuando no lo tenemos en cuenta, nos hace perder la paciencia.
9. Requieren amor incondicional. La paternidad es amor incondicional, que seguro practicas cuando tu hijo te sonríe con esa carita tan linda. También es la misma carita linda de quien te hace perder la paciencia y gritarle o exigirle.
10. Les necesitamos. Nosotros necesitamos también a nuestros hijos. Abrir nuestro corazón, jugar, cantar, danzar sin por ello perder nuestra parte de adulto responsable que se vuelve más flexible, amoroso y sin exigencias.

50 Frases que hay que decirles a los niños

Infunden amor y confianza

Ocurre que además de “muy bien“ a veces no sabemos qué más decirle a nuestros hijos para expresarles nuestro apoyo y confianza en ellos. ¡y hay que hacerlo! Después de todo esas palabras les permiten comprender que los amamos, los entendemos y los aceptamos.
La psicóloga infantil y de familia Ekaterina Kes redactó una lista de frases que puedes usar para comunicarte con tu hijo. Genial.guru te las transmite. Comprende su esencia y dilas con tus propias palabras, esto es solo un bosquejo. Muy importante: No olvides decirle ”Te amo“. Esa es la principal.

Mostrarle tu confianza

·       “Confío en ti”.
·       ”Creo en ti“.
·       ”Respeto tu decisión“.
·       “No es tan fácil, pero sé que podrás lograrlo”
·       “Estás haciendo lo correcto“.
·       ”Entiendes bien lo que pasa”
·       “¿Cómo lo lograste?”
·       ”¡Enséñame cómo lo haces!“.
·       ”Lo haces mejor que antes, estás mejorando aún más“
·       “Me parece que lo haces bien”.

Reconocer el esfuerzo y/o el sufrimiento

·       ”Veo que trabajaste mucho para lograrlo“.
·       ”Veo que te esforzaste mucho, sigue así“.
·       “Te esforzaste y te salió muy bien”
·       “Me gusta como lo haces“
·       ”Me imagino cuánto tiempo tardaste en hacerlo, así se hace”
·       “¡Sé cuánto te esforzaste para lograrlo!”
·       “Has debido planearlo muy bien para que resultara algo tan bueno“
·       ”Tus esfuerzos se recompensaron con un buen resultado, te felicito“

Agradecer por el tiempo que han pasado juntos

·       “El tiempo que pasamos juntos es muy importante para mi”.
·       ”Ya estoy esperando a que juguemos mañana“
·       ”Eres alguien interesante”.
·       “Me gustó mucho jugar contigo”.
·       “Estoy feliz de tenerte cerca“.
·       ”Me siento muy bien a tu lado”.

Ayudar a valorar el resultado

·       “¿Y a tí qué te parece?”
·       ”Me imagino que debes sentirte muy bien“
·       ”¿Y qué es lo que más te gusta?“
·       “¿Qué opinas de eso?”
·       ”¿Te gusta cómo quedó?“
·       ”¿Que piensas, te salió mejor que la vez pasada?“
·       “¿Cómo te sientes respecto a eso?”

Agradecer por la ayuda o contribución

·       “Muchas gracias por haber....(cuando es algo positivo)“.
·       ”Gracias por lo que hiciste”.
·       “Gracias por tu ayuda”.
·       ”Gracias por entenderlo“.
·       ”Eso me ayuda mucho, te lo agradezco“.
·       “Eres un muy buen ayudante”
·       ”Gracias a tu ayuda tardé menos en acabar“.
·       ”Como me ayudaste ahora todo está limpio“.

Describir lo que ves

·       “¡Wow, qué limpia está tu habitación!”
·       “¡Que bien que la cama esté tendida!“
·       ”¡Qué colores tan vivos los que usas!”
·       “¡Veo que te has esforzado mucho!”
·       “¡Tu mismo lo hiciste, te felicito!“

Describir lo que sientes

·       ”Me gusta mucho hacer esto contigo!“.
·       “Me siento feliz de estar en casa”.
·       ”Creo que somos un equipo“.
·       ”Me gusta oirte decir eso”.
·       “Estoy feliz de tenerte”.
·       “Me siento muy bien cuando me ayudas”.

Carta a una mamá que trabaja de una que se queda en casa

Querida Mamá Que Trabaja:
Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.
¿Como pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones mas importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la escuela y estabas escogiendo tus materias.
Te veo en todas partes. Tu eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia al maní. Tu eres la terapeuta que esta tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La profesora de básica de mi hijo. La directora de la guardería. La profesora de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa.  ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?
Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a reuniones importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estás a cargo de tu casa y además tienes un trabajo. Regresas a casa y haces comida, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tú pagas las cuentas, vas al súper, lavas la ropa, los platos y todas esas cosas como todas las mamás.
Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajo es tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estas en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu almuerzo en tu escritorio, no sales por café y muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tú escogiste estar ahí, tú quieres estar ahí.
Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que sólo dejas a tus hijos en un lugar donde estás segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos.
Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estás poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estás enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estás mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y además  lo estás haciendo con mucha alegría y amor.
Sólo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.
Con mucho amor y admiración,
Mamá Que No Trabaja
Fuente: BioBioChile Recuperado de: http://ciertascosas.com/nota.php?nota=467

¿Cómo te fue hoy?

por  | 
He escuchado muchas veces que tener una buena relación con tus hijos es un arte y que hace falta una pizca de magia. La verdad es que la clave está en el interés que tienes por cada cosa que hacen y en poner atención en los detalles. Tengo un hijo pequeño que ya está en preescolar y al principio simplemente le hacía la clásica pregunta: "¿Cómo te fue hoy?" Puedes usar variantes de eso —qué hiciste hoy, cómo te portaste, etc. —, pero al final, a menos que vayas a lo específico, obtendrás respuestas muy limitadas y cada vez menos elocuentes.
A mí me pasó, pues lo que me contaba mi hijo era "me fue bien papi", en lugar de contarme cada detalle de su día. ¡Era frustrante! Mi esposa —una genio de la enseñanza— se enteró que era mejor crear una conversación basada en preguntas. No hay una fórmula exacta y todo depende de lo que quieres conocer de tus hijos, pero estas preguntas son un buen comienzo para saber un poco acerca de lo que piensan, cómo les está yendo realmente en la escuela y para trabajar el tema de la confianza.

Comienza con lo cotidiano:
  • 1. ¿Qué desayunaste? ¿Estaba rico o no te gustó?
  • 2. ¿Qué llevaron de comer otros niños?
  • 3. ¿Qué es lo que más te aburrió hoy?
  • 4. ¿Hubo algo que te hiciera muy feliz?
  • 5. ¿Qué fue lo más raro que viste hoy en la escuela?

Y después puedes profundizar acerca de su interacción social:
  • 6. ¿A qué jugaste hoy y con quién?
  • 7. ¿Dónde juegas más en el recreo?
  • 8. ¿Qué es lo que más les gusta jugar a todos los niños en el recreo?
  • 9. ¿Hubo alguien que te hiciera enojar?
  • 10. ¿Hay alguien de los otros niños que se esté portando muy mal o que le guste hacer cosas malas?
  • 11. ¿Pudiste ayudarle a alguien en algo? ¿O alguien te ayudó a ti en algo?
  • 12. Si una nave extraterrestre/el malo de llegara a tu escuela para llevarse niños, ¿a quiénes preferirías que fuera? ¿y a quienes tratarías de ayudar? (puedes remplazar lo de la nave con el malo de alguna película que tu hijo haya visto recientemente)
  • 13. ¿Hay alguien que no es tu amigo, pero que gustaría que fuera?
  • 14. ¿Con quién te gusta platicar más? ¿Y te contó algo divertido hoy?
  • 15. ¿Alguien te ha pedido que guardes un secreto?
O de su desarrollo académico:
  • 16. ¿Qué fue lo que te costó más trabajo? ¿y lo que te dio más flojera?
  • 17. ¿Qué fue lo que más te gustó de lo que aprendiste hoy?
  • 18. ¿Qué te gustaría hacer para que la clase que más te aburre fuera más divertida?
  • 19. Si tú fueras maestr@, ¿qué le enseñarías a los niños?
  • 20. Si alguno de los otros niños fuera maestro, ¿quién te gustaría que fuera?
  • 21. ¿A cuál personaje de caricatura se parece tu maestr@?
  • 22. ¿Qué crees que más le gusta a tu maestr@ de ti?
  • 23. ¿Qué es lo que menos te gusta de tu maestr@?
  • 24. ¿Qué te hubiera gustado aprender hoy?
  • 25. ¿Qué es lo que más te hizo sentir orgullos@ hoy?
Obviamente no se trata de hostigar a los niños/adolescentes con preguntas, por eso utiliza un par cada día y ve variando el tema. Recuerda, sólo son el pretexto para iniciar la conversación y darle un buen rumbo, pero a menos que a tus hijos les encante platicar acerca de todo, difícilmente te darán santo y seña de su día. Tienes que ser paciente y eventualmente, con este tipo de preguntas, podrías descubrir aspectos de la personalidad de tus hijos o problemas que viven, pero que no imaginabas.
Recuperado de 25 cosas que deberías preguntarle a tu hijo en lugar de "¿cómo te fue?"